CUENTO  DE UNA NAVIDAD


Mi querida madre, como todos los años por estas fechas, ya tiene en su cabecita pensante como organizar las cenas navideñas.
Yo le llamo el sarao, es única  en montar saraos.
Se mete en  la cocina, rodeada de harinas, especies y licores para preparar rosquillas, pestiños y polvorones
Entre sartén y sartén  va elaborando en su mente los platos que sabe que nos gustan a todos (y somos el ciento y la madre) el olor a canela invade toda la casa, me trae recuerdos de mi niñez y la melancolía de aquellos que ya nos faltan. De repente se oye ¡Isabelita! (esa soy yo) ¡hija! Que te parece si de primero ponemos sopa de galets (típica catalana) ¡que le sale para morirse! (de lo bueno que esta jejeje) o te parece mejo un pica-pica, de to un poquillo (mi madre es andaluza me encanta ese deje) ¡vale mamá lo que menos faena te de, no te compliques! Le digo yo, pero no me vale de nada a ella le encanta que esa noche no nos falte de nada, así es mi madre, se mete en la cocina horas y horas para nosotros y hace un poquito de todo, pero ella lo hace con tanta ilusión que le daría la medalla a la mejor madre del mundo.
Ella se siente recompensada tan solo con un abrazo y un beso.
Y mientras tanto mi madre del alma esta entre sus cacharros y especias, mi padre mi hermano y yo empezamos con la infraestructura del belén , ¡porque esto si que es un belén, nos suele medir entre cinco m2 y uno-cincuenta de ancho, si sí lose mu exagerao, eso es lo primero que me dice mi padre!¡Un día nos salimos de la casa pa monta el belén! Si es verdad, pero nos gusta que nuestro niño Jesús y family, se sientan cómodos con todo su pueblo de Jerusalén alrededor. Nosotros lo pasamos en grande, mi padre mi hermano mayor a los que todos los años los meto en este sarao, trabajan con ilusión preparándome las maderas, los troncos, las ramas, el musgo, etc. Mientras yo comienzo a darle forma al pueblo de Jerusalén y que decir acaban hasta los… Pero entre risas y algunas disputas de donde colocar a cada cual, a escondidas viene una manita inocente (mi Antoñito) que se cree que no lo vemos por el rabillo del ojo y coloca uno de sus muñecos del quinto de caballería dentro del pesebre de Jesús ¡eh! Y no queda mal del todo le da un toque innovador.
 
Después de dos días de organizar al pueblo, las afueras del rio, el centro del pueblo con su mercadillo, el huerto con sus tomates (el huerto esta adaptado a nuestro clima claro) y los patos de mi sobrino Antoñito (de esos que se meten en la bañera) se quedan en el rio nadando y bebiendo, mientras la virgen se peina sus cabellos de oro.
En fin ¿parece un cuento de navidad verdad? Es muy confortable, preparar las fiestas navideñas con todos los nuestros y comer alrededor de la mesa todos juntos, aunque unos griten, otros canten, otros debatan entre si se va a llevar la liga el Madrid o el Barsa.
Solo le pido a Dios que muchos años podamos debatir, gritar, reírnos y cantar juntos muchas navidades.


¡FELICIDADES A TODOS/AS EN ESTAS PROXIMAS FIESTAS!




Dedicado a mi tito Carmelo que en estas navidades estará en el coro de los Ángeles.

¡BESOS!
 
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